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Asesinato a la esperanza

El pasado 16 de Julio se dio  lugar a una de las más grandes marchas en contra de los asesinatos a los líderes sociales. Pero ¿Qué tanto sabemos sobre el tema? Inicialmente tenemos que saber con exactitud qué es un líder social. Su definición nos dice que son aquellos que impiden que el “tejido” de Colombia se “deshilache” del todo durante dos siglos de Violencia y desgobiernos. Ya sabiendo esto podernos entender un poco por qué los gobiernos corruptos, el paramilitarismo y las mafias están “acabándolos”.

Desde la posesión de Iván Duque se han recopilado las cifras de 229 asesinatos de los cuales 40 eran mujeres y 189 eran hombres, además se registró que de ellos 66 eran indígenas, 5 afrodescendientes, 106 campesinos y 33 excombatientes de las FARC. Se ha demostrado que la razón de los asesinatos es gracias a su valentía enfrentando a los poderes reales en los territorios, también conocidos como mafias, y a los contrabandistas de gasolina, por narcotráfico o por minería ilegal. Ellos se oponen a los intereses de estos grupos, como por ejemplo en la siembra de coca o marihuana en los que deberían ser los campos de siembra de las familias campesinas.

La cuestión es, ¿Cómo no se le ha encontrado una solución a este problema que existe desde hace mucho tiempo? Al igual que siempre el Estado y sus dirigentes han prometido millones de veces solucionar a esos problemas, que principalmente son de territorio entre los campesinos e indígenas y cualquiera que se proclame dueño de ellos. Sin embargo,  poniéndonos en el lugar de los que gobiernan el país, dudo que cualquiera escoja la justicia a costa de su propio interés. ¿Qué quiero decir con esto? Que por más de que se “quieran” hacer un bien frente al pueblo, cualquier suma de dinero va a ser mucho más importante que todas las familias que han sido despojadas de sus tierras. A pesar de que exista la ley 1448 de Víctimas y Restitución de tierras desde el 2011, hemos podido evidenciar que en los 8 años de vigencia de la norma únicamente el 10% (o menos) de las tierras que fueron Injustamente despojadas han sido restituidas, ya sea por intereses particulares, falta de diligencia de los jueces o simplemente negligencia, por no decir corrupción, del estado.

¿Qué podemos hacer para acabarlo? Es difícil saberlo si nunca hemos evidenciado una real voluntad política que quiera acabar con el sufrimiento de Colombia, pero podemos confiar en que nosotros, la siguiente generación, confiar en que no repetiremos los mismos errores del pasado y haremos realidad esa pequeña esperanza que existe en el corazón de los colombianos.

Presentado por Valentina Rodríguez Bautista

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